La Tierra
Cuando estamos lejos de la patria
nunca la recordamos en sus inviernos.
Soneto LXXXIX
Cuando yo muera quiero tus manos en mis ojos:
quiero la luz y el trigo de tus manos amadas
pasar una vez más sobre mí su frescura:
sentir la suavidad que cambió mi destino.
Quiero que vivas mientras yo, dormido, te
espero,
quiero que tus oídos sigan oyendo el viento,
que huelas el aroma del mar que amamos juntos
y que sigas pisando la arena que pisamos.
Quiero que lo que amo siga vivo
y a ti te amé y canté sobre todas las cosas,
por eso sigue tú floreciendo, florida,
para que alcances todo lo que mi amor te
ordena,
para que se pasee mi sombra por tu pelo,
para que así conozcan la razón de mi canto.
Pablo Neruda
De Confieso que he
vivido y de Veinte poemas de amor…
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