Foto: Fátima Rodríguez

18 noviembre, 2013

Retrato de mujer

Siempre estará la noche, mujer, para mirarte cara a cara,

sola en tu espejo, libre de marido, desnuda
en la exacta y terrible realidad del gran vértigo

que te destruye. Siempre vas a tener tu noche y tu cuchillo,
y el frívolo teléfono para escuchar mi adiós de un solo tajo.

Te juré no escribirte. Por eso estoy llamándote en el aire

para decirte nada, como dice el vacío: nada, nada,

sino lo mismo y siempre lo mismo de lo mismo

que nunca me oyes, eso que no me entiendes nunca,
aunque las venas te arden de eso que estoy diciendo.

Ponte el vestido rojo que le viene a tu boca y a tu sangre,

y quémame en el último cigarrillo del miedo

al gran amor, y vete descalza por el aire que viniste
con la herida visible de tu belleza. Lástima

de la que llora y llora en la tormenta.

No te me mueras. Voy a pintarte tu rostro en un relámpago
tal como eres: dos ojos para ver lo visible y lo invisible,
una nariz arcángel y una boca animal, y una sonrisa
que me perdona, y algo sagrado y sin edad que vuela de tu frente,

mujer, y me estremece, porque tu rostro es rostro del Espíritu.

Vienes y vas, y adoras al mar que te arrebata con su espuma,

y te quedas inmóvil, oyendo que te llamo en el abismo

de la noche, y me besas lo mismo que una ola.

Enigma fuiste. Enigma serás. No volarás
conmigo. Aquí, mujer, te dejo tu figura.

Gonzalo Rojas


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Tomado de: http://circulodepoesia.com/nueva/2013/11/arte-poetica-no-006-gonzalo-rojas/

14 noviembre, 2013

Trozos de trazos

Deseaba ella que el momento continuara para siempre tal como era precisamente en aquella mañana de julio. Y los momentos no perduran […] En todo caso, la vida no es más que una procesión de sombras, y sabe Dios por qué, siendo sombras, las abrazamos con tal anhelo y las vemos partir con tanta angustia.

Virginia Woolf


Fragmento: El cuarto de Jacob