Foto: Fátima Rodríguez

30 marzo, 2010

La foto dentro de la foto: una breve reseña de la exposición de Magritte en el DF

Me detuve frente al banco, a un costado del cadáver exquisito. El marco delante de mí simulaba una ventaba con un hacinamiento de hombrecillos alineados, de traje oscuro, corbata roja y bombín. Era miércoles, día laboral.

“Mi labor como pintor es hacer visible el pensamiento”. Vaya loza que se echó a la espalda Magritte y lo bien que la acomodó para llevarla adelante. Pasos firmes. Desde los trazos de una pipa de la que explícitamente se advierte que no es una de ellas, las rocas en las habitaciones que impiden ver los paisajes (paradigmas sólidos y tangibles que no dejan conocer la inmensidad del entorno que se desvanece en el horizonte, sin que siquiera un leve rastro de él nos quede entre los dedos), la torre de Pisa que apoya su inclinación sobre una pluma de ave como recuerdo de viajes, escenarios abiertos con luz de noche y luz de día en el mismo tiempo congelado, árboles con casas en el centro de sus troncos. ¿Quién en su sano juicio tiene un pensamiento coherente? ¿Aquéllos que se aferran a la solidez de una roca o los mismos que se acoplan a los cánones sociales y se diluyen en ellos o ésos a quienes su propio reflejo les da la espalda?

Curiosa emulación de la foto dentro de la foto: una exposición surrealista en la capital real del surrealismo. Los marcos de madera y los muros marmóreos separaban a una de la otra.

Titubeé. La continuidad de los hombrecillos anónimos se interrumpía por un espejo con la silueta de los otros y, por supuesto, con bombín. Tomé asiento. Embonaba tan bien. De no ser por la corbata azul en mi cuello, el recuadro me hubiera absorbido.

Puta, qué tristeza me di.

Gibrán Domínguez


16 marzo, 2010

Trozos de trazos


"Creo que perdemos la inmortalidad porque la resistencia a la muerte no ha evolucionado; sus perfeccionamientos insisten en la primera idea, rudimentaria: retener vivo todo el cuerpo. Sólo habría que buscar la conservación de lo que interesa a la conciencia."

La invención de morel, Adolfo Bioy Casares