Foto: Fátima Rodríguez

28 mayo, 2006


- Mamá
- Dime
-¿Te puedo contar un secreto?
- Claro hija
- ¿Pero no se lo vas a decir a nadie?
- No mi amor, para nada
- Es que anoche tuve un sueño
- ¿Y qué soñaste?
- Angelitos, pero no me gustaron, eran feos.
- Pero si eran feos no eran angelitos
- No mamá, sí eran angelitos yo los vi
- ¿Cómo eran?
- Feos
- No Judit, a ver, platícame ¿cómo supiste que eran angelitos?
- Porque eran así como personas que tenían alas blancas y brillaban poquito. También tenían un círculo arriba de su cabeza
- ¿Te dijeron algo?
- No, iban caminando como enojados, a lo mejor los regañó su mamá. Iban enojados y miraban feo, les hablé pero no quisieron contestarme, ni me voltearon a ver. Siguieron caminando y yo los seguía viendo, y vi sus alas. Yo quería que volaran pero tampoco volaron
- ¿Eran muchos?
- No, eran tres. Caminaron hasta que ya no los vi. Mamá ¿cuántas alas tienen los ángeles?
- No estoy segura, dos talvez
- Es que uno, el que tenía más cara de enojado, tenía seis.


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Este es un fragmento de un cuento que no tiene nombre y que está inconcluso, pero es mío. Es, digamos, la parte media del cuento. Me decidí a publicarlo después de pensarlo mucho... ojalá les guste.