Foto: Fátima Rodríguez

23 septiembre, 2010


Obama pide a Israel que extienda el veto a los asentamientos


La congelación de las obras de ampliación de las colonias finaliza el día 29.- El presidente de EE UU confía en que el año próximo el Estado palestino forme parte de Naciones Unidas

ANTONIO CAÑO - Nueva York - 23/09/2010

Ante la notable ausencia de la sala de la Asamblea General de la ONU de la delegación de Israel, justificada por la celebración de una fiesta religiosa judía, Barack Obama ha pedido hoy a la comunidad internacional un esfuerzo colectivo que facilite un acuerdo de paz entre el Gobierno israelí y la Autoridad Palestina, con un Estado palestino independiente y soberano conviviendo en paz con un Estado judío reconocido por los países árabes.

Nunca antes un presidente de Estados Unidos había defendido con tanto énfasis en este foro -la ocasión anual en la que le habla directamente al mundo- la necesidad de una solución del conflicto medular de Oriente Próximo, incluyendo los derechos de los palestinos. Obama ha dedicado más de una tercera parte de su discurso a abogar por esa causa, que se ha convertido en la más importante de su política internacional, por delante o a la par de la lucha contra el terrorismo.

Ha exhortado a todos los Gobiernos representados en la sesión a "convertir en hechos" sus frecuentes palabras de solidaridad con uno u otro bando. Los que dicen apoyar a Israel, "tienen que comprender que la verdadera seguridad del Estado judío requiere una Palestina independiente, una que permita al pueblo palestino vivir con dignidad y oportunidades". Los que dicen apoyar a los palestinos, "tienen que comprender que los derechos de ese pueblo solo serán obtenidos por medios pacíficos, incluyendo una sincera reconciliación con un seguro Estado de Israel".

Esta equidistancia, seguramente imprescindible para un presidente que está actuando como mediador de unas negociaciones complejas en las que muy pocos confían, resultan, no obstante, extrañas en el lenguaje tradicional usado en las relaciones entre EE UU y su más estrecho aliado del planeta: Israel.

Aunque no sea esa la razón de la ausencia de los delegados israelíes, éstos se libraron, gracias a su celebración religiosa, de escuchar una intervención que muy probablemente no será del agrado del primer ministro Benjamin Netanyahu. Entre otras cosas, porque Obama ha insistido en que su Gobierno "debe de extender la moratoria de la construcción de asentamientos" judíos en territorio palestino.

Obama ha defendido también con insistencia el derecho de Israel a su existencia, así como su "legitimidad como histórica patria de los judíos", y ha advirtido que quien no lo reconozca "se enfrentará a la infranqueable oposición de EE UU". "Amenazar o matar israelíes no sirve para ayudar a los palestinos. El asesinato de israelíes inocentes no es resistencia, es injusticia. No se equivoquen: el valor de un hombre como el presidente Abbas [Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina], que defiende a su pueblo frente al mundo en circunstancias muy difíciles, es mucho mayor que el de los que disparan cohetes contra mujeres y niños inocentes", ha manifestado Obama en un foro en el que con frecuencia son más aplaudidos los elogios a los segundos que al primero.

El presidente norteamericano ha admitido que la negociación recién iniciada entre palestinos e israelíes será muy difícil. Ha comprendido a los cínicos que, después de tantos intentos frustrados, están resignados al actual status quo. Pero advirtió que, si de verdad se cree en los derechos que de forma rutinaria se defienden años tras año en esta Asamblea, hay que tener éxito esta vez. "Si no se consigue un acuerdo", ha dicho, "los palestinos nunca conocerán el orgullo y la dignidad de tener su propio Estado, y los israelíes nunca conocerán la seguridad y la tranquilidad de convivir con vecinos estables y soberanos comprometidos con la coexistencia".

El esfuerzo principal, ha añadido, lo tienen que hacer las dos partes involucradas en la negociación. Pero el resto de los países pueden ayudar de forma decisiva, especialmente los árabes, "que deberían aprovechar esta oportunidad para dar pasos tangibles hacia la normalización con Israel".

"Si lo hacemos", ha augurado Obama, "cuando volvamos aquí el próximo año, podemos tener un acuerdo que permitirá admitir a un nuevo miembro de Naciones Unidas, a un Estado palestino independiente y soberano viviendo en paz con Israel".

Eso sería, sin duda, la apoteosis de la política internacional de Obama, sometida en estos momentos al duro desafío de convertir en realidad las enormes esperanzas suscitadas por su llegada al poder. El Obama que se ha visto hoy en la ONU es un presidente marcado seriamente por las dificultades domésticas y con más modestas metas internacionales. Ha dejado, no obstante, huella de la peculiaridad de su gestión y de su personalidad en la defensa que hizo de la sociedad civil como vehículo de democracia y de desarrollo justo y en libertad.

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Comentario: Enterarse que el presidente de los Estados Unidos declare esto ante la asamblea de la ONU resulta esperanzador. Incluso, hace unos meses Fernando Savater escribió sobre él:

...Sin embargo, lo mejor estaba por llegar y es ahora, controvertido y limitado a la honrada estatura humana, cuando Barack Obama me merece auténtica admiración. Por haber intentado muchas cosas y haber logrado unas cuantas; por hablar con insólita claridad, a su país y al oportunismo "pacifista" de quienes le concedieron el Nobel; por haber irritado a los banqueros, haber decepcionado inicialmente a Michael Moore y conseguir que Fidel Castro le tache de "fanático imperialista"; por haberse puesto serio con Netanyahu y parece que marcar el inicio de un respaldo menos acrítico y más exigente a Israel; por haber luchado tenazmente por salvar lo más posible de su reforma sanitaria, pese a que quizá hubiese podido quedar bien aplazándolo todo para no "crispar" ni dividir al país; y -last but not least- por sacar de quicio a los frikis de nuestra izquierda y derecha mediáticas, que le acusan de ser demasiado americano o de querer "europeizar" Estados Unidos...

Ángeles Mastreta en su blog no deja de aventarle halagos en cada oportunidad que tiene.

Cada vez oigo a más académicos (que son las personas a las que les tengo menos desconfianza) sugiriendo su libro sobre cómo llegó a la Presidencia.

No obstante, hay algo que no deja de no cuadrarme: ¿por qué ese país debe seguir siendo el policía del mundo? No sé. Con tal rol ha hecho bastantes estragos. Espero que con el mismo intente remediarlos.

Insisto: espero.

21 septiembre, 2010

Nuestras vidas son péndulos




¿Dónde estará la niña

que en aquel lugarejo

una noche de baile

me habló de sus deseos

de viajar, y me dijo

su tedio?



Gemía el vals por ella,

y ella era un boceto

lánguido: unos pendientes

de ámbar, y un jardín

en el pelo.



Gemían los violines

en el torpe quinteto...

E ignoraba la niña

que al quejarse de tedio

conmigo, se quejaba

con un péndulo.



Niña que me dijiste

en aquel lugarejo

una noche de baile

confidencias de tedio:

dondequiera que exhales

tu suspiro discreto,

nuestras vidas con péndulos...



Dos péndulos distantes

que oscilan paralelos

en una misma bruma

de invierno.



Ramón López Velarde

04 septiembre, 2010

El drama de la ciencia: la patente, el desarrollo ilimitado y la dignidad

Gibrán Domínguez López

Chi vuoc por termine alli umani ingegni?

Galileo Galilei

Quod ratio non quit, saepe sanavit mora

Séneca

Si el siglo XX ha representado la etapa de la humanidad en la que tuvo lugar el mayor desarrollo científico y tecnológico que se haya visto en la Tierra; el siglo actual, en su primera década, da ya los primeros indicios de una serie de adelantos de trascendencia aún incalculable. La presentación del prototipo del Solar Impulse –el primer avión de energía solar– en junio de 2009, por ejemplo, hizo recordar a más de uno aquella famosa escena de 1903 en la que los hermanos Wright desafiaron la gravedad sobre el Flyer I.

El avance de la ciencia, en sus diversas áreas, ha hecho posible que el hombre haya podido llegar a la luna, vencer enfermedades antes mortíferas, crear procesos de producción que generan cantidades de alimento capaces de satisfacer a la población mundial y otro diez por ciento más de ella[1] e, inclusive, comenzar a manipular el proceso mismo de la generación de lo humano, de tal forma que el nacimiento y la muerte ya no pueden ser considerados del todo como independientes ni autónomos.[2] No obstante, y de una manera que va casi en contra de cualquier lógica, un número considerable de personas en el globo padece hambruna, países enteros enfrentan pandemias de las que poco se hace por combatirlas (como la del cólera en Zimbaue[3] y la de meningitis en Níger[4]) y los índices de mortalidad en nacimientos siguen siendo altos, ya por condiciones de insalubridad, ya por desnutrición. En suma, la comunidad global observa con asombro los logros de la ciencia y la tecnología y con estupor una tendencia hacia la reducción, cada vez más acentuada, de sus beneficios.

Respecto al conocimiento generado a lo largo de la historia, las civilizaciones han preservado ciertos valores que, dicho de una manera sencilla, pueden traducirse en: la posibilidad de que éste sea transmitido, producido o ampliado y pueda obtenerse beneficio de él. Sin embargo, estos valores comienzan a cambiar. Anteriormente se creía que el conocimiento era un patrimonio de la humanidad, una conquista de la evolución humana; ahora se advierte que se está convirtiendo en una patente, en una mercancía, en un secreto de empresas.[5] La cultura (desde su concepción más general), para serlo, debe cumplir con el requisito de ser compartida. Con directrices como las actuales se atenta contra la cultura misma y, peor aún, se priva a un amplio porcentaje de la humanidad de los beneficios que pudieran significar el progreso de la ciencia y la tecnología. De ahí que sea posible producir más alimento del necesario y persista la hambruna, de ahí que el cólera sea prevenible y curable y miles mueran a causa de éste. Ubicándonos en un contexto a mediano plazo, si se lograra desarrollar algún medio más eficiente para la potabilización del agua ¿beneficiaría a la población mundial o sólo a aquellos con la posibilidad de pagar el derecho de usarlo? Como simple ejercicio mental, tratemos de imaginar qué habría ocurrido si Fleming hubiera hecho del descubrimiento de la penicilina, un secreto.

De nuevo estamos cumpliendo las palabras de Verne, pero vistas desde el estrado de nuestro tiempo: lo que un hombre pudo imaginar, hoy podemos hacerlo realidad. El progreso científico-tecnológico y su velocidad son incuestionables, la propagación de sus beneficios, limitados. Por si fuera poco, como si se tratase de un suceso natural, se quiere hacer de estos logros la simple apropiación de un objeto, abogando –desde luego– por el desarrollo ilimitado de la innovación, confundiendo en el extremo, lo que es lícito hacer con lo que es factible de obtener.[6] No olvidemos que “desde Hitler hasta Stalin, el verdadero peligro reside en quienes se amparan en el progreso, la ciencia y la verdad para llevar a cabo sus proyectos”[7].

La investigación científica –apunta Jacques Monod– constituye una obligación moral. El papel de la misma, para la construcción de un mundo mejor, debería consistir en la constancia de sus avances, agregando una visión humanista que mantenga en el primer plano de sus objetivos el respeto a la dignidad humana y a los derechos fundamentales, así como la procuración de sus beneficios a las mayorías. En otras palabras, el llano ejercicio de la fraternidad como punto de equilibrio de la proclama francesa de 1789.

El reto reside en hacer compatibles el conocimiento con otros valores como el bienestar, la libertad y la justicia[8].

El primer acto del drama que representó el siglo pasado, inició cuando un par de hermanos hizo volar un objeto más pesado que el aire. El telón de esta obra descendió justamente después de que dos de estos aparatos voladores –perfeccionados por la ciencia y la tecnología– se estrellaran para derrumbar a un par de las torres más altas del mundo. El siglo que comienza, lo hace de una manera similar.



[1] “La ONU denuncia que 854 millones de personas pasan hambre mientras sobra un 10% de alimentos”, EL PAÍS, 16 de octubre de 2007. Disponible en Internet en: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/ONU/denuncia/854/millones/personas/pasan/hambre/mientras/sobra/alimentos/elpepusoc/20071016elpepusoc_4/Tes

[2] Morandé Court, Pedro, “Bioética y organización funcional de la sociedad” en Acta bioética 2002, año VIII, No 1, Organización Panamericana de la Salud, p.104. Disponible en Internet en: http://www.paho.org/Spanish/BIO/acta5.pdf

[3] “Las diez crisis humanitarias del mundo más desatendidas”, EL PAÍS, 15 de enero de 2009.

[4] “Una epidemia de la que no se habla”, EL PAÍS, 7 de mayo de 2009.

[5] Montemayor, Carlos, Las humanidades en el siglo XXI y la privatización del conocimiento, Universidad Autónoma de Nuevo León / Cátedra Raúl Rangel Frías, México, 2007.

[6] Morandé Court, Pedro, Op. Cit., p. 102.

[7] Villanueva Rance, Amaru, “Modernas posmodernidades”, en Revista ágora, Año V, No. 6, Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México, México, 2009. Disponible en Internet en: http://www.colmex.mx/agora/

[8] Rovaletti, Lucrecia, “Las exigencias de una ética del conocer” en Acta bioética 2002, año VIII, No 1, Organización Panamericana de la Salud, p.142.