Fragmento
… No percibo locura
en el deseo de morder estrellas, pero todavía existe la tierra. Porque la
primera verdad está en la tierra y en el cuerpo. Si el brillo de las estrellas
duele en mí, si es posible esa comunicación distante, es que algo casi
semejante a una estrella tiembla dentro de mí. Heme aquí, de regreso en el
cuerpo. Volver a mi cuerpo. Cuando me sorprendo en el fondo del espejo, me asusto.
Apenas puedo cree que tengo límites, que soy recortada y definida. Me siento
dispersa en el aire, pensando dentro de los seres, viviendo en las cosas, más
allá de mí. Cuando me sorprendo en el espejo no me asusto porque me encuentre
fea o bonita. Es que me descubro de otra cualidad. Después de no verme durante
mucho tiempo casi olvido que soy humana, olvido mi pasado y existo con la misma
libertad de fin y de conciencia que una cosa apenas viva. También me sorprende,
los ojos abiertos hacia el espejo pálido, que haya tanta cosa en mí más allá de
lo conocido, tanta cosa siempre silenciosa. ¿Por qué callada? ¿Esas curvas bajo
la blusa viven impunemente? ¿Por qué calladas? Mi boca, medio infantil, tan
segura de su destino, continúa igual a sí misma a pesar de mi distracción
total. A veces, a mi descubrimiento lo sigue un amor por mí misma, un mirar
constante al espejo, una sonrisa de comprensión para los que me miran. Período
de interrogación a mi cuerpo, de gula, de sueño, de grandes paseos al aire
libre. Hasta que una frase, una mirada –como el espejo– me recuerda sorprendida
otros secretos, secretos que me vuelven ilimitada. Fascinada sumerjo el cuerpo
en el fondo del pozo, callo todas sus fuentes, y sonámbula sigo por otro
camino. –Analizar instante por instante, percibir el núcleo de cada cosa hecha
de tiempo o de espacio. Poseer cada momento, vincular la conciencia a ellos
como pequeños filamentos casi imperceptibles pero fuertes. ¿Es la vida? Incluso
así se me escaparía. Otro modo de captarla sería vivir. Pero el sueño es más
completo que la realidad, la realidad me ahoga en la inconsciencia. Al final,
qué importa: ¿vivir o saber que se está viviendo?
Clarice
Lispector
Fragmento: Cerca del corazón salvaje
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