Foto: Fátima Rodríguez

13 noviembre, 2010

Trozos de trazos

No nos estaba permitido envejecer, deformarnos apenas, pero nadie impedía que los años pasaran, señalados con festejos, con el escándalo alegre y repugnante de la inmensa mayoría ruidosa de los que ignoraban –a veces podía creerse en un olvido– que los burócratas de Brausen los habían hecho nacer con una condena a muerte unida a cada partida de nacimiento.

Juan Carlos Onetti

Fragmento: La muerte y la niña.

No hay comentarios.: