Foto: Fátima Rodríguez

15 abril, 2010

Trozos de trazos


“Sí. Que quede claro que, donde ahora hay un valle inmenso, había entonces una montaña. En el abismo también hay geologías. Aquí, donde estamos, se hallaba la cumbre. ¡Qué bien me acuerdo! El hijo del Hombre me rechazó desde el más allá de Dios. Seguí, porque era mi deber, el consejo y la orden de Dios: lo tenté con todo cuanto había. De haber seguido mi consejo, lo habría tentado con lo que no puede existir. Tal vez la historia del mundo en general, y la de la religión cristiana en particular, hubiesen sido distintas. Pero, ¿qué pueden contra la fuerza del Destino, supremo arquitecto de todo los mundos, el Dios que creó a éste, y yo el Diablo territorial, que, al negarlo, lo sostiene?


Fernando Pessoa, La hora del Diablo

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