Foto: Fátima Rodríguez

23 junio, 2007

¡¡¡Urge un buen sicólogo para animales!!!

Fue en uno de esos canales de paga, no recuerdo bien si Discovery Channel o Animal Planet, algunos años ha, donde anunciaron la necesidad de psicólogos para animales. Los humanos somos tan buenos transmisores de enfermedades que ahora nada debe extrañarnos que el buen Fido, Firulaís, Bobby, Rocky, Solovino, Comotú, Cállatelocico, padezcan de estrés o cualquier otro devaneo mental.

De principio la nota podía parecer otro gancho del "marketing". Suena lógico: estrían "out" los que no llevaran a su mascota con un psicólogo. Serían inhumanos, crueles, violadores de los derechos animales, descorazonados. En fin. Claro, siempre han estado "aut" los que ganan un salario mínimo --o menos-- y por lo general tienen un animalito que se conforma con los restos de comida que remojan un par de tortillas. Advierto, para aquellos que todavía no se sientan aludidos: el alimento pedigree nunca ha estado "in", así que vayan deshaciéndose de la idea de pertenencia a alguna élite criadora. Si no, pregúntele a su médico veterinario.

Pero, a dónde voy con tanto discurso irónico (que no onírico) y qué relación tiene con la sencilla frase del título. Pues bien, para poder explicarme necesitamos entrar por un momento al mundo de los supuestos.

Supongamos, pues, que cualquier día de estos quiera la suerte que una de las enfermedades cada vez más en moda llegue a ciertos animales: ¿Qué pasaría, por ejemplo, si una crisis de depresión llegara a la paloma de la paz? ¿Qué sería de la humanidad al ver a tal palomita desesperada, harta, aburrida y al borde del suicidio por estar siempre de un lado a otro en las proclamas de todo el Mundo y nunca en sus resultados? En definitiva, el asunto se tendría que tratar como secreto de supraestado. El escándalo de la operación de Fidel quedaría reducido a una figurilla. Y siguen las cuestiones: ¿qué zoosicólogo aceptaría el trabajo de poner en tratamiento al animal? Uno muy bueno. Me imagino que pocos de ellos no saltarían por la ventana al conocer la noticia.

Posiblemente hasta Zeus tendría que entrar “al quite” alquilando a Pegaso, para cubrir el itinerato. Al fin y al cabo se parecen. Ahora que si padecemos de xenofobia y nos indigna que este espécimen hereje ocupe tan buen puesto, podríamos llevar de candidatos a las representaciones simbólicas de San Marcos y San Lucas, que al fin y al cabo son un león con alas y un toro, también alado, respectivamente. Y claro: 100% católicos.*

Sin embargo, siendo realistas –sin salirnos del supuesto (!)– a cómo están las cosas, sería más impactante y desgarrador ver a la chiva (del Guadalajara) diabética o al águila (del América) hipertenza o con los niveles de triglicéridos altos.

Ésos sí son símbolos integradores.

------------------------------------------------------

* Y creo que también afiliados al PAN

2 comentarios:

Anónimo dijo...

querido y mi muy estimado amigo.... me dedico este tiempo para pasar a visitar este tu muy consagrado y esperanzado espacio y decirte...."NO MAMES"......de todo corazon y com muy buen consejo ya duerme mas .... y bueno concluyendo estas palabras algo filosoficas me despido... tu cuate el pozolero

SOPA DE BETUN dijo...

animales integradores... es ahi donde se refleja el discurso poltico tan usado de que todos nos vemos afectados.... saludos

www.fotolog.com/jomaye